Desde que era niño me han fascinado los patrones. He podido ver paralelos y patrones en la naturaleza y en las escrituras. Me ha ayudado a tener una mejor y más profunda comprensión de las Escrituras. Hoy quisiera compartir un patrón que el Señor ha utilizado desde el principio y se ha manifestado en el discurso del Rey Benjamín.
Lo note primeramente en Doctrina y Convenios cuando el Señor habló con el Profeta José Smith. En Sección 1 versículo 17 el Señor dijo
Por tanto, yo, el Señor, sabiendo las calamidades que sobrevendrían a los habitantes de la tierra, llamé a mi siervo José Smith, hijo, y le hablé desde los cielos y le di mandamientos; 1Doctrina y Convenios 1:17
Nos damos cuenta de que el Señor se refiere a José Smith como su siervo. Más adelante escuchamos al Señor referirse a José como su amigo en D&C 93:45
De cierto le digo a mi siervo José Smith, hijo, o en otras palabras, os llamaré amigos, porque sois mis amigos y tendréis una herencia conmigo2Doctrina y Convenios 93:45
Luego, cuando José demostró que cumpliría con el convenio, el Señor lo llamó su hijo.
Hijo mío, paz a tu alma; tu adversidad y tus aflicciones no serán más que por un breve momento; 8 y entonces, si lo sobrellevas bien, Dios te exaltará; triunfarás sobre todos tus enemigos. 3Doctrina y Convenios 121:7-8
El patrón es que primeramente comenzamos como siervos (o hermanos como vamos a ver más adelante). Llegamos a ser amigos de Cristo al mostrar que estamos dispuestos a vivir los principios y luego cuando hemos comprobado que somos amigos de Cristo.
Se nota claramente este patrón en el discurso del Rey Benjamín. Mosiah 2:9 nos enseña que el Rey Benjamín hablo al pueblo y los llamó hermanos.
Y estas son las palabras que él habló e hizo escribir: Hermanos míos…no os he mandado subir hasta aquí para tratar livianamente las palabras que os hable, sino para que me escuchéis, y abráis vuestros oídos para que podáis oír, y vuestros corazones para que podáis entender, y vuestras mentes para que los misterios de Dios sean desplegados a vuestra vista.
Cinco veces se dirigió a ellos como hermanos. El Rey Benjamín les enseñó, entonces, de Jesucristo y su sacrificio. Él les enseñó del hombre natural y que el hombre natural es un enemigo de Dios y lo será para siempre a menos que se arrepintiera. Directamente después la gente cayó a tierra.
Y se habían visto a sí mismos en su propio estado carnal, aún menos que el polvo de la tierra. Y todos a una voz clamaron, diciendo: ¡Oh, ten misericordia, y aplica la sangre expiatoria de Cristo para que recibamos el perdón de nuestros pecados, y sean purificados nuestros corazones; porque creemos en Jesucristo, el Hijo de Dios, que creó el cielo y la tierra y todas las cosas; el cual bajará entre los hijos de los hombres!
3 Y aconteció que después de que hubieron hablado estas palabras, el Espíritu del Señor descendió sobre ellos, y fueron llenos de gozo, habiendo recibido la aremisión de sus pecados, y teniendo paz de bconciencia a causa de la gran cfe que tenían en Jesucristo que había de venir, según las palabras que el rey Benjamín les había hablado.
El pueblo entendió y tenían fe en Jesucristo. Probaron del espíritu y gozo que viene de Jesús. Así El Rey Benjamín siguió hablando
Y el rey Benjamín abrió otra vez su boca y empezó a hablarles, diciendo: Mis amigos y hermanos, parentela y pueblo mío, quisiera otra vez llamaros la atención, para que podáis oír y entender el resto de las palabras que os hable.4Mosíah 4:4
Empezó a tratarlos como amigos y les enseñó del convenio que tenían que tomar sobre sí. Él habló de los requisitos para ser salvos. Cuando concluyó de hablar, él quería saber quienes habían creído en sus palabras.
Y todos clamaron a una voz, diciendo: Sí, creemos todas las palabras que nos has hablado; y además, sabemos de su certeza y verdad por el Espíritu del Señor Omnipotente, el cual ha efectuado un potente cambio en nosotros, o sea, en nuestros corazones, por lo que ya no tenemos más disposición a obrar mal, sino a hacer lo bueno continuamente. 5Mosíah 5:2
Ellos habían tenido un gran cambio de corazón y no tenían más deseo de hacer lo malo. Cambiaron completamente. Eso fue el propósito del Rey Benjamín. Él deseaba darles un nombre nuevo pero no era posible si no aceptaban el convenio y tenían un cambio de corazón. Él explicó que
…a causa del convenio que habéis hecho, seréis llamados progenie de Cristo, hijos e hijas de él, porque he aquí, hoy él os ha engendrado espiritualmente; pues decís que vuestros corazones han cambiado por medio de la fe en su nombre; por tanto, habéis nacido de él y habéis llegado a ser sus hijos y sus hijas.
Así podemos ver el progreso de confianza que tenemos con el Señor. Progresamos desde hermanos/sirvientes a amigos y finalmente hijos.
Siendo hermanos tenemos que comprobar que estamos dispuestos a hacer la voluntad del Señor y así ganamos favor con el Señor como Nefi 61 Nefi 1:1 y llegamos a ser amigos con el Señor.
Después de tener un gran cambio de corazón por nuestra obediencia llegamos a ser hijos de Cristo y tenemos herencia con Él en el reino de Dios. El discurso del Rey Benjamín es un modelo perfecto de como podemos llegar a ser hijos de Cristo. El discurso contiene todos los pasos para hacerlo. Si nosotros estudiamos bien sus palabras podemos entender perfectamente el patrón para ser salvos.